En Estados Unidos, la depresión melancólica está reconocida y tratada como una enfermedad inflamatoria del cerebro. Descubrimos que los trastornos hasta ahora considerados como psicológicos también tienen unas causas biológicas que, incluso, podemos encontrar en un primer plano. ¿El punto de partida...
En Estados Unidos, la depresión melancólica está reconocida y tratada como una enfermedad inflamatoria del cerebro. Descubrimos que los trastornos hasta ahora considerados como psicológicos también tienen unas causas biológicas que, incluso, podemos encontrar en un primer plano. ¿El punto de partida? El intestino y los miles de millones de bacterias que conviven allí. Investigaciones recientes han demostrado la implicación de las bacterias intestinales en las enfermedades autoinmunes, la obesidad, la diabetes e incluso las alergias. Consideradas durante mucho tiempo como responsables de las enfermedades, las bacterias actualmente se estudian por sus beneficios. Tienen la capacidad de dialogar entre ellas y con nuestras propias células. Y nosotros, sobre todo, tenemos la posibilidad de reaccionar a ese diálogo, corrigiendo nuestra alimentación y nuestro estilo de vida. Las puertas se abren a posibilidades extraordinarias de tratamiento y prevención de ciertas enfermedades de la civilización.
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