Los errores del pensamiento dominante (reducción de la incertidumbre a simple probabilidad y apoyo a las políticas de desregulación financiera) han conducido a la política económica a bailar con los ojos vendados al borde del abismo de la crisis para luego caerse dentro. El mito de una omnipotente m...
Los errores del pensamiento dominante (reducción de la incertidumbre a simple probabilidad y apoyo a las políticas de desregulación financiera) han conducido a la política económica a bailar con los ojos vendados al borde del abismo de la crisis para luego caerse dentro. El mito de una omnipotente mano invisible del mercado, la fe ciega en los mecanismos reequilibradores automáticos, la hostilidad hacia la fijación de reglas del juego vinculantes son errores graves cuya difusión ha sido favorecida por la consonancia con importantes intereses económicos y financieros. Una discusión abierta sobre estos temas resulta indispensable para evitar el riesgo de que la tragedia se repita con nuevas sacudidas dramáticas.
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