Todo lo que hacemos, desde la manera de comunicarnos hasta la relación que tenemos con lo que nos rodea, influye —incluso moldea— en el comportamiento de nuestros hijos. Por eso es importante observar las situaciones que vivimos con ellos desde una nueva perspectiva, cuestionarlas y orientarnos hacia la felicidad.
Los niños felices son personas confiadas que hacen más bien que mal; se respetan y respetan a los demás; se gustan a sí mismos; son positivos… Han sido educados con mimo, empatía y sentido común por padres que saben equilibrar la crianza y su vida personal, sin tener que hacer demasiadas renuncias.
La autora de este libro, especialista en Coaching Parental, ilustra sus afirmaciones con ejemplos de la vida diaria que nos ayudarán a tener una mejor relación con los hijos y disfrutar de ellos.