La autobiografía de Jorge Martí, líder de la icónica banda La habitación roja, revela que la vida real es la que uno tiene que mirar de frente cuando baja del escenario.
«Cambio de ánimo, de país y de profesión según las circunstancias. Un día estoy cantando sobre el escenario de un festival abarrotado de gente y al siguiente ejerciendo de enfermero en una residencia para pacientes con demencia y alzhéimer en Noruega. Esta doble vida, entre la música y la enfermedad, me obliga a ir y venir constantemente. Vivo entre dos mundos pero no encajo en ninguno, y todo parece estar siempre a punto de resquebrajarse. El escenario y el amor son una tregua, una burbuja a salvo de todo lo que me asfixia. Me he pasado la vida tratando de ser alguien más allá de mi casa para al final llegar a la conclusión de que lo que me importa es ser alguien en ella. Aquí es donde residen el gran amor de mi vida y mis hijas, y es donde sigo manteniendo intacta la esperanza de escribir algún día la canción de amor definitiva».
Jorge Martí es líder y cantante de una de las bandas más importantes del indie español: La habitación roja. Pero su vida no es la que se podría esperar del líder de una banda de rock, tiene una cara A: la que muestra en el escenario cuando canta junto a sus fans a pleno pulmón Ayer o Indestructibles, concede entrevistas y viaja promocionando sus discos. Y una cara B, desconocida para sus miles de fans, la del fracaso, las expectativas no cumplidas, la decepción, la enfermedad, y también el amor y la música, que tal vez sean la misma cosa.