Al final parece que esto va de ser feliz. La vida es una simple y curiosa sucesión de altibajos. No siempre te encuentras igual. Ni te sientes del mismo modo. Yo he conseguido llegar muy alto (tanto, que casi rocé el cielo con la punta de mis dedos). He soñado fuerte. He querido por encima de cualquier cosa. Y, sobre todo, durante una bonita temporada, logré vivir sin miedo. Pero ¿sabéis cuál es el problema de llegar tan alto? Que cuando caes, el golpe puede ser mortal.
A partir de aquí os voy a contar la historia de un ganador que perdió. O de un perdedor que se alió con la suerte y ganó. Quién sabe.
Lo único que tengo claro después de todo lo que me ha tocado vivir es que…
… Cuando sientes cerca el amor,
el cielo no está tan lejos.