A los baby boomers españoles la Transición política les pilló en plena ebullición hormonal, como de refilón, más pendientes de la eficacia contra el acné del Clearasil que de si Carrero Blanco saltaba por los aires o se disparaba la inflación. La gente iba haciéndose a la idea de que Franco, que hab...
A los baby boomers españoles la Transición política les pilló en plena ebullición hormonal, como de refilón, más pendientes de la eficacia contra el acné del Clearasil que de si Carrero Blanco saltaba por los aires o se disparaba la inflación. La gente iba haciéndose a la idea de que Franco, que había pactado con la parca un final por consunción, llevaba bastante adelantada la cuenta atrás. Ante tal aluvión de noticias escabrosas, aquellos chavales de los setenta estaban centrados en la tarea de crecer, por fuera y por dentro. Tras las tardes sin blanca con la pandilla del barrio, las clases de mecanografía y la cena de rigor a las nueve, vendrían la Fácul, la mili y los primeros viajes en un Citroën 2CV. Desde la memoria que da la experiencia, la historiadora Montserrat Huguet nos presenta un relato colectivo, fresco y entretenido que, entre historias y anécdotas cotidianas, rinde homenaje a una generación ávida de futuro que se abrió camino tras el sueño de una España moderna y llena de oportunidades, que no se pareciera a la de sus padres “ni por el forro”.
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