Mary Shelley (1797-1851) fue criada por su padre, el escritor William Godwin, en un hogar frecuentado por los poetas, pensadores, filósofos y escritores radicales del momento. A los dieciséis años se fugó con el poeta romántico Percy Bysse Shelley, embarcándose en una relación que la llevó de Inglat...
Mary Shelley (1797-1851) fue criada por su padre, el escritor William Godwin, en un hogar frecuentado por los poetas, pensadores, filósofos y escritores radicales del momento. A los dieciséis años se fugó con el poeta romántico Percy Bysse Shelley, embarcándose en una relación que la llevó de Inglaterra a Europa y a una existencia marcada por las deudas, la infidelidad de su marido y la muerte de sus tres primeros hijos, antes de quedar viuda a los veinticuatro años, cuando Shelley murió ahogado en Italia. Lo más asombroso es que fue durante estos años de adolescencia y primera juventud cuando Mary escribió Frankenstein, novela canónica que ha creado dos de los arquetipos centrales de nuestra modernidad. Los datos de la vida de Mary Shelley son bien conocidos. Pero ¿quién fue la mujer que llevó esa vida? A su muerte nos legó multitud de escritos y documentos, lo que permite a la poeta Fiona Sampson revisar cartas, diarios y todo tipo de registros para entablar un diálogo fascinante con el pasado y exhumar para los lectores a la verdadera Mary Shelley. En este proceso descubre un personaje complejo y generoso -amiga, intelectual, madre y amante- que intenta ser fiel a su intensa vocación literaria en una época en la que ser mujer y escritora era una anomalía. Mary Shelley fue una pionera en su campo, pero el precio que hubo de pagar fue extraordinario.
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