Cuenta el autor en el prólogo que en este libro muestra una confesióny una esperanza: la confesión de quien durante muchos años se dedicó a la caza antes de aprender que la matanza no es un aliciente. Y la esperanza de que con el libro muchos compartan su visión de la naturaleza.
La obra de Curwood es una reproducción palpitante de la realidad. Todo lo que cuenta lo ha visto y lo ha vivido previamente de modo que los paisajes y sus moradores rezuman autenticidad. Cuando los protagonistas se topan por primera vez con el imponente oso negro no saben que una relación bien atípica acaba de comenzar. El objetivo de capturarlo pronto se torna en veneración y sincero reconocimiento, especialmente cuando el potente animal se hace cargo de un vulnerable osezno que se pega a él como una lapa.
Este recorrido por las montañas Rocosas canadienses es una obra maestra de disfrute y respeto por la naturaleza. Un clásico imprescindible.