Aquí encontrarás relatos de terror, venganza, seres sobrenaturales?, y lo mejor de todo, podrás leérselos en voz alta a tus amigos.«Los primeros colonos norteamericanos solían entretenerse contando historias de miedo. Se reunían al anochecer en alguna cabaña, o alrededor de un fuego, y competían par...
Col·lecció :NOVELA JUVENIL- HISTORIAS DE MIEDO PARA
Aquí encontrarás relatos de terror, venganza, seres sobrenaturales?, y lo mejor de todo, podrás leérselos en voz alta a tus amigos. «Los primeros colonos norteamericanos solían entretenerse contando historias de miedo. Se reunían al anochecer en alguna cabaña, o alrededor de un fuego, y competían para demostrar quién era capaz de asustar más. Algunas chicas y chicos hacen lo mismo hoy día. Se reúnen en la casa de alguien, apagan las luces, comen palomitas de maíz, y se pegan unos sustos de muerte. Contar historias de miedo es algo que la gente ha hecho durante miles de años, y a la mayoría de nosotros nos gusta que nos asusten de esa manera. Algunas de estas leyendas son muy antiguas, y se cuentan en diversas partes del mundo. Y la mayoría de ellas tienen el mismo origen. Se basan en hechos que las personas vieron o escucharon o experimentaron, o que al menos piensan que así fue.»
Biografía: Alvin Schwartz es conocido por sus más de veinte libros dirigidos para jóvenes lectores. Estas historias recogidas del folclore tradicional lo exploran todo, desde juegos de palabras y humor, hasta cuentos y leyendas de todo tipo. Próximamente publicaremos los volúmenes segundo y tercero de esta serie de relatos que te pondrán los pelos de punta y te helarán la sangre.
Las ilustraciones de Brett Helquist han aparecido en libros tan conocidos como la serie de Lemony Snicket Una serie de catastróficas desdichas, El enigma de Vermeer de Blue Balliett, la adaptación de Un cuento de Navidad de Charles Dickens o Bedtime for Bear (que él mismo escribió). Vive con su familia en Brooklyn, Nueva York.
Subscriu-te al nostre butlletí
Subscriu-te i rebràs totes les nostres novetats. Cero SPAM, només continguts de valor.