Este poemario es una conversación, llena de verdad
y de sirenas, entre el cuerpo y la cabeza.
Habla de lo que pensamos cuando estamos tristes.
Porque casi todos pensamos lo mismo.
Tiene también un poquito de prozac y de desamor.
De destrozos, océanos y vértebras. De animales marinos.
De viajes sin gluten. De Laponia
y del amor a las ciudades frías.
Tan frías que hasta los elefantes se congelan.
De alegría y del miedo a la muerte.