Cuando aquella mañana de abril se abrió en la tierra un agujero del tamaño de una cabeza de alfiler y surgió de entre las migas marrones una cabeza de gusano normal, nadie podía imaginar que así empezaba una gran aventura. Ni siquiera podía imaginárselo el pequeño gusano al que los humanos bautizaro...
Cuando aquella mañana de abril se abrió en la tierra un agujero del tamaño de una cabeza de alfiler y surgió de entre las migas marrones una cabeza de gusano normal, nadie podía imaginar que así empezaba una gran aventura. Ni siquiera podía imaginárselo el pequeño gusano al que los humanos bautizaron como Bómbix Mori I de Cratonia y del que hablaremos a continuación…
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