A finales de los años sesenta, poco antes de su trágica muerte, Pier Paolo Pasolini realizó dos intensos viajes a Nueva York. A su regreso definió la ciudad como «arrebatadora, bellísima, una evasión, un compromiso, una guerra. Te gusta como las cosas que gustan a los veinte años». Curiosamente, durante esas estancias en la capital del Imperio llegó incluso a convencerse de que la revolución era un ideal vivo y realizable.
El resultado de esos dos viajes fueron sendos textos que se publican ahora por primera vez en España. El primero de ellos es una larga entrevista inédita en castellano, grabada en una casete perdida durante casi cuatro décadas en los sótanos del Instituto Italiano de Cultura de Nueva York, y que ha sido descubierta recientemente. En ella, Pasolini se muestra ligero y a gusto, pero también implacable, reafirmándose una vez más como uno de los grandes críticos de la cultura contemporánea. No huye en estas páginas de ningún argumento ni da ningún rodeo. Contundente y provocador, habla sobre Dios y la religión, el sexo y los cuerpos, el marxismo y el falso marxismo, África y el racismo, la poesía y las lenguas, el cine y la utopía, Norteamérica y el poder?
En el segundo de los textos, Pasolini reconstruye, como en una película mental, las secuencias más significativas de su caótica, alegre y densa experiencia neoyorquina: noches febriles en Harlem con jóvenes activistas negros, reuniones en el Village con miembros de la Nueva Izquierda pacifista, encuentros fraternales con poetas como Allen Ginsberg? El regreso inesperado de una voz fresca, dura y generosa, que nos llega de otro tiempo y nos recuerda el compromiso imprescindible con el pensamiento de la subversión y la subversión del pensamiento.