«Proust y Léautaud son mis dos escritores. No he tenido que escogerlos. Permanecen allí, en lo alto de las pilas, al alcance de la mano, y no les abandono nunca más de dos o tres semanas. Philippe DELERM «Personal hasta el disgusto, libre hasta la afrenta, sensible hasta la ridiculez, imperfecto has...
«Proust y Léautaud son mis dos escritores. No he tenido que escogerlos. Permanecen allí, en lo alto de las pilas, al alcance de la mano, y no les abandono nunca más de dos o tres semanas. Philippe DELERM «Personal hasta el disgusto, libre hasta la afrenta, sensible hasta la ridiculez, imperfecto hasta el exceso.» Así se retrata Paul Léautaud, una de las voces más singulares de las letras europeas modernas, como muestran estos "Recuerdos ligeros", obra que su editor tituló "Le Petit Ami" al publicarla en 1903. Estas páginas sobre las relaciones de un hombre con varias prostitutas y con una madre esquiva y peculiar, rozando siempre el incesto, confirman que, para el autor francés, literatura y vida eran una misma cosa. Mezcla de géneros rabiosamente adelantada a su tiempo, Recuerdos ligeros nos habla del amor, la vida y la muerte, mirados con los ojos desenfadados de la belle époque, al mismo tiempo tan lejanos y tan contemporáneos.
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