«Una ópera prima excéntrica y maravillosamente gozosa». The Times «Una ingeniosa aventura al más puro estilo de Mark Twain que nos habla de supersticiones y conjuros entre las gentes del bayou durante la era Reagan». The Spectator«Una novela evocadora, triste y divertida; Cautivadora y con fuerza». ...
«Una ópera prima excéntrica y maravillosamente gozosa».
The Times
«Una ingeniosa aventura al más puro estilo de Mark Twain que nos habla de supersticiones y conjuros entre las gentes del bayou durante la era Reagan».
The Spectator
«Una novela evocadora, triste y divertida; Cautivadora y con fuerza».
The Sunday Times
El niño que dibujaba un mundo nuevo es una bella novela de aprendizaje que conjuga como pocas la ecología y la tragedia de la situación social con la ingenuidad, el humor, el lirismo y la ternura de la infancia.
Skid es el menor de los cuatro hermanos Beaumont, que viven en los pantanos de Luisiana, un niño inquieto que va de travesura en travesura junto a su perro Calvin. Tiene una imaginación desbordante que le hace ver más allá de las simples apariencias de las cosas, y según él, su hermano Frico puede cambiar la realidad dibujándola a su antojo.
Aunque haya a quien le parezca que los pantanos no son el mejor de los lugares para vivir, para Skid son el paraíso en el que vive también la niña más dulce e inteligente del mundo, Mai, la única que de verdad lo entiende. También están su madre Valerie, que sueña con plantar flores, su padre Alrick, el mejor reparador de televisores del mundo, que es un genio que ha enviado cohetes a la luna, aunque bebe demasiado. Y los odiosos Benet, sus eternos enemigos; papá Campbell que conoce todas las historias del mundo; mamá Campbell que adora a su hijo gánster...
Un mundo donde los grandes caimanes nos recuerdan la tierra antes de que el hombre la habitara. Hasta que un día llegan unos terribles monstruos de metal: las máquinas de fracking.
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