Los maestros de la guitarra en todo su esplendor, momentos robados en los que hacen realidad sueños de rock and roll a partir de cables metálicos y madera. Sus imágenes captan a los guitarristas a punto de lanzar su encantamiento en un estado de gracia roquero. Sin guitarras, no habría historias que...
Los maestros de la guitarra en todo su esplendor, momentos robados en los que hacen realidad sueños de rock and roll a partir de cables metálicos y madera. Sus imágenes captan a los guitarristas a punto de lanzar su encantamiento en un estado de gracia roquero. Sin guitarras, no habría historias que contar sobre las leyendas y mitos de las seis cuerdas, no habría ídolos a los que rendir culto, álbumes que apreciar ni carteles para adornar las paredes. El guitarrista de rock es un pequeño dios... por lo menos, eso cree. Se trata de algo imprescindible para despertar la confianza en sí mismo, ponerse en marcha y salir al escenario noche tras noche, ante miles de personas, guiando una revolución armado sólo con algún que otro power chord y unos pantalones cool. 'La guitarra es un amante formidable, al tiempo que una bestia. Es preciso domesticarla y, en ocasiones, incitarla a un frenesí desenfrenado. Tocar la guitarra en un escenario es una forma de arte que reúne sonido y ritmo, armonía y melodía, seriedad e irreverencia, con actitud, tono y postura. El guitarrista de rock invita al caos y al orden en la misma medida, y de ese modo busca la perfecta declaración musical.' Joe Satriani
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