El padre de Ana se quedó boquiabierto cuando su hija le pidió dinero para comprarse una goma de borrar. Y la verdad es que Ana tenía trescientas veintidós gomas: en forma de plátano, de limón, de coco, de caramelo, de chocolate, de chirimoya... Pero la goma que ella quería era una goma muy, muy espe...
El padre de Ana se quedó boquiabierto cuando su hija le pidió dinero para comprarse una goma de borrar. Y la verdad es que Ana tenía trescientas veintidós gomas: en forma de plátano, de limón, de coco, de caramelo, de chocolate, de chirimoya... Pero la goma que ella quería era una goma muy, muy especial.
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