A Catalina no le gustan las despedidas. Siente algo raro cada vez que se pone el sol, se vuela su globo, se le cae un diente o su papá apaga la luz, pero comprenderá que algunas cosas tienen que marcharse para que otras igual de bonitas, divertidas y reconfortantes puedan llegar.
A Catalina no le gustan las despedidas. Siente algo raro cada vez que se pone el sol, se vuela su globo, se le cae un diente o su papá apaga la luz, pero comprenderá que algunas cosas tienen que marcharse para que otras igual de bonitas, divertidas y reconfortantes puedan llegar.
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