El peor de los guerreros se llamaba Samu. Tal vez no fuera tan osado como sus amigos, pero es un narrador extraordinario. Murió arrojado al mar desde un avión como otras víctimas de Pinochet, y regresa a su aldea porque ha de contar una historia. Se la cuenta a un joven que se ha encerrado con un re...
El peor de los guerreros se llamaba Samu. Tal vez no fuera tan osado como sus amigos, pero es un narrador extraordinario. Murió arrojado al mar desde un avión como otras víctimas de Pinochet, y regresa a su aldea porque ha de contar una historia. Se la cuenta a un joven que se ha encerrado con un revólver y un cuaderno en una habitación para escribir una novela policiaca. Samu no dejará en paz al joven Benito hasta que éste escriba una historia de verdad, hasta que por fin se entere de quiénes fueron sus padres biológicos, de dónde venían y en qué terribles circunstancias desaparecieron. La incansable voz de Samu recorre todo el siglo XX. Le cuenta a Benito lo que pasó cuando su amigo Sofanor y su bella pareja, la Inglesa, atracaban los barcos salitreros. Cuando la Lorenzona, salteadora de caminos, cruzaba el desierto a lomos de una yegua que casi se quebraba bajo su peso. Cuando el diablo López Cuervo y el dios Alzamora sojuzgaban a los aldeanos. Cuando el propio Samu regentaba un burdel, el Arca de Noé, y Flor, su mujer, recogía todos los perros abandonados de la aldea. Cuando apareció en sus vidas la pequeña Tita, una criatura indomable que, de mayor, se enamoró de un líder revolucionario. Cuando Tita y Samu y la mitad del pueblo fueron víctimas de la locura tras el golpe de Estado. Rodrigo Díaz Cortez ha escrito una de esas novelas que ya no se escriben, una historia hecha de cien historias, contadas por un tierno y ágil narrador, cuya voz memorable es un milagro literario.
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