Érase una vez, en pleno corazón del invierno, una reina que cosía al lado de la ventana. A través del marco de ébano, contemplaba los copos de nieve que revoloteaban en el aire, como plumas. De pronto, se pinchó el dedo, y tres gotas de sangre cayeron en la nieve. Sobre el fulgor de la nieve, el roj...
Érase una vez, en pleno corazón del invierno, una reina que cosía al lado de la ventana. A través del marco de ébano, contemplaba los copos de nieve que revoloteaban en el aire, como plumas. De pronto, se pinchó el dedo, y tres gotas de sangre cayeron en la nieve. Sobre el fulgor de la nieve, el rojo era tan hermoso que pensó: «¡Ay! ¡Ojalá tuviera un hijo con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano!». Disfruta de este clásico de los hermanos Grimm a través de las maravillosas ilustraciones de Benjamin Lacombe.
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