Un buen día, Gaspard, el gato de Thomas, descubre que habla. En prosa y también en verso. Cuando quiere, y a veces cuando sería mejor que se mordiera la lengua, porque se le escapan cosas que seguro que acabarán por meterlos a él y a Thomas en un buen lío.
Un buen día, Gaspard, el gato de Thomas, descubre que habla. En prosa y también en verso. Cuando quiere, y a veces cuando sería mejor que se mordiera la lengua, porque se le escapan cosas que seguro que acabarán por meterlos a él y a Thomas en un buen lío.
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