Enric González amó Londres mucho antes de conocerla. Provisto de un plan de singular inconsistencia,decidió irse a Inglaterra a vivir del aire. Y lo consiguió. Para su fortuna, pudo vivir también de un sueldo deperiodista, lo cual mejoró su nutrición de forma considerable. El periodismo y algunas ci...
Enric González amó Londres mucho antes de conocerla. Provisto de un plan de singular inconsistencia, decidió irse a Inglaterra a vivir del aire. Y lo consiguió. Para su fortuna, pudo vivir también de un sueldo de periodista, lo cual mejoró su nutrición de forma considerable. El periodismo y algunas circunstancias inesperadas le permitieron conocer decenas de personajes fascinantes y los pliegues más recónditos de una ciudad maravillosa: desde el palacio de Buckingham y el Parlamento hasta las callejas de Whitechapel, los antiguos estadios de fútbol o los túneles subterráneos.
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