La poesía española del Siglo de Oro presenta un panorama tan rico como diverso. A lo largo del siglo XVI las corrientes populares -normalmente cantadas- y las cultas, que quiebran la línea de los Cancioneros para aclimatar el petrarquismo, convergen hacia 1580 en una espléndida generación de poetas que lo mismo se expresan en romances que en estancias. Entre esa fecha y 1613 todo se canta, se compone, se recita, llega a los versos, que invaden ahora el emergente mundo teatral (la comedia nueva) o se alían a los relatos. Para la última fecha, cuando Góngora difunde sus grandes poemas Polifemo y Las Soledades, la Edad de Oro de nuestra poesía clásica reserva un quiebro final, tan original como fructífero, que se imita sin pudor durante décadas. En esa época escribieron sus versos Jorge Manrique, Garcilaso, Aldana, Fray Luis de León, Herrera, San Juan de la Cruz, Ercilla, Cervantes, Lope, Góngora, Quevedo, Villamediana... También se difundieron entonces las grandes colecciones de romances, los mejores poemas épicos, los contrafacta o vueltas a lo divino de todo lo que triunfaba, un sinfín de coplas, letrillas, seguidillas... Edición de Pablo Jauralde Pou.