«Una obra maestra... Un elogio al detalle y al arte de saber mirar.» JOSÉ MARÍA GUELBENZUConsiderada como una de las cumbres de la narrativa en lengua inglesa y publicada apenas tres semanas antes de morir su autor, Viaje sentimental por Francia e Italia consagró a Laurence Sterne como un genial cul...
«Una obra maestra... Un elogio al detalle y al arte de saber mirar.» JOSÉ MARÍA GUELBENZU Considerada como una de las cumbres de la narrativa en lengua inglesa y publicada apenas tres semanas antes de morir su autor, Viaje sentimental por Francia e Italia consagró a Laurence Sterne como un genial cultivador de la novela picaresca, pero también como un autor muy cercano a Defoe y Rousseau y, en nuestro ámbito, a Cervantes. Un lector desprevenido, al ver el título, podría creer que se trata de un libro de viajes a la usanza clásica; pero nada más lejos de la realidad. Su objeto parece insignificante, pues sirviéndose del deambular errático por Francia del despreocupado Yorick -un jovial clérigo, alter ego del autor- la obra parece limitarse a narrar, con suma indolencia, un recorrido «sentimental» en el que lo importante no son los monumentos, las ciudades o los accidentes geográficos, sino las mujeres encontradas, la curiosidad por los personajes conocidos y las pequeñas aventuras iniciadas. La gran habilidad de Sterne, tanto en ésta como en su obra magna, Tristram Shandy, estriba en trascender las más nimias anécdotas del viaje, que para el lector acabarán alcanzando valor de parábola existencial. Traducción y postfacio de Max Lacruz Bassol
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