Sed de champán irrumpió en 1999 con una contundencia y una energía inusitadas en el panorama de la narrativa en castellano, tan adicta a lo light y a la supuesta modernez. Desde entonces, la opera prima de Montero Glez, que hoy El Aleph Editores tiene la suerte de recuperar, se ha ido reeditando y a...
Sed de champán irrumpió en 1999 con una contundencia y una energía inusitadas en el panorama de la narrativa en castellano, tan adicta a lo light y a la supuesta modernez. Desde entonces, la opera prima de Montero Glez, que hoy El Aleph Editores tiene la suerte de recuperar, se ha ido reeditando y agotando sucesivamente hasta convertirse en un libro de culto.Su protagonista, el Charolito, es un hijo de la otra orilla que se mueve con destreza tanto por los barrios marginales como por los barrios bien de Madrid, dando origen a un absorbente thriller, rico en matices de un ritmo narrativo trepidante. Sed de champán es una tragedia con tintes de novela negra, una historia bronca que describe Madrid al límite del siglo XX. «Un navajazo literario que cuando menos te lo esperas te rebana el cuello» (Óscar López, Qué Leer).«Sed de champán es un artefacto urdido según las leyes de la mejor narrativa» (Paco Marín, Ajoblanco).«Se encuentra en la tradición de Valle-Inclán y Cela. Montero Glez renueva esa tradición castiza con brío notable y una voz personal y ése es su gran mérito» (Ángel Vivas, Revista de Libros).«Un cruce estrafalario de Lorca y Tarantino» (Carles Barba, La Vanguardia).«Un escritor dotado como pocos para bucear en ciertos estratos marginales de la sociedad» (Ricardo Senabre, El Cultural).«Un narrador fuera de lo común» (Santos Sanz Villanueva, Revista de Libros).
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