Había una vez una ciudad llamada Chismorreo. Sus habitantes no paraban de hablar, y sus voces se escuchaban muy lejos. Era tan grande el ruido y la confusión que nadie entendía gran cosa, pero tampoco les preocupaba. Bueno, a todos excepto a Bartolo, que jamás había pronunciado una sola palabra en s...
Había una vez una ciudad llamada Chismorreo. Sus habitantes no paraban de hablar, y sus voces se escuchaban muy lejos. Era tan grande el ruido y la confusión que nadie entendía gran cosa, pero tampoco les preocupaba. Bueno, a todos excepto a Bartolo, que jamás había pronunciado una sola palabra en su vida.
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