Ciento cincuenta años después de su muerte, un conocido programa informático científico recibió el nombre de Ada en homenaje a Ada Lovelace, la única hija legítima de lord Byron. Desde que matemáticos como Alan Turing empezaron a reconocer su contribución, decisiva pero olvidada, hoy se la considera...
Ciento cincuenta años después de su muerte, un conocido programa informático científico recibió el nombre de Ada en homenaje a Ada Lovelace, la única hija legítima de lord Byron. Desde que matemáticos como Alan Turing empezaron a reconocer su contribución, decisiva pero olvidada, hoy se la considera pionera en la historia de la invención del ordenador. Fue ella quien estableció la diferencia entre datos y procesos, esencial para la computación, abriendo así el camino a la ciencia informática. James Essinger cuenta magníficamente en El algoritmo de Ada las circunstancias y el desarrollo de este inusitado talento en medio de los miedos de una madre obstinada y el legado de un padre tempestuoso, cuyas hazañas sexuales resonaban en los círculos de la aristocracia tanto como sus poemas.
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