La Gran Crisis que aún sigue hostigando a las democracias occidentales no es un simple paréntesis en elcrecimiento económico. Ha inaugurado una nueva época, dura y fría como la Edad de Hielo, que comporta cambios profundos, especialmente en el sur de Europa. La sociedad se ha visto asolada por el pa...
La Gran Crisis que aún sigue hostigando a las democracias occidentales no es un simple paréntesis en el crecimiento económico. Ha inaugurado una nueva época, dura y fría como la Edad de Hielo, que comporta cambios profundos, especialmente en el sur de Europa. La sociedad se ha visto asolada por el paro y el subempleo, por el aumento de la pobreza y las desigualdades, y por un notable repunte de la xenofobia. Por su parte, el Estado se ha debilitado, despojado de poder tributario por las enormes evasiones y elusiones fiscales de las grandes fortunas y las multinacionales, y se ha consolidado un poder financiero hegemónico que está en el origen de esta Edad de Hielo.
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