El problema más importante al que se enfrenta la humanidad este siglo es el del cambio climático. El consenso mayoritario entre los científicos que lo estudian es que las consecuencias del rápido aumento de los gases de efecto invernadero pueden ser graves y quizás devastadoras para nuestra civili...
El problema más importante al que se enfrenta la humanidad este siglo es el del cambio climático. El consenso mayoritario entre los científicos que lo estudian es que las consecuencias del rápido aumento de los gases de efecto invernadero pueden ser graves y quizás devastadoras para nuestra civilización. El consumo masivo de carbón para la generación de electricidad es uno de los mayores responsables del alarmante aumento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera. La única alternativa en las próximas décadas a los combustibles fósiles es un mix eléctrico basado en la energía nuclear, con una fuerte contribución de energías renovables, en particular la energía eólica. El antagonismo entre energía nuclear y energías renovables es un disparate irresponsable. Es un error enfrentar entre sí a las energías alternativas, y sería mucho más apropiado considerarlas como aliadas en la gran batalla contra un Señor Oscuro cada día más poderoso, el cambio climático, que bien podría aniquilar, quizás antes de lo que suponemos, nuestra querida y maltrecha Comarca globalizada.
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